¡Fue un partidazo! Sí, pudo faltar algo de pirotecnia en algún momento pero es una maravilla poder ver un duelo entre dos de los mejores del mundo incluso si faltan goles, por el placer de observar las estrategias y la calidad de las figuras. 

Barcelona cayó en su casa por 1-2 contra un PSG que siempre parece que te espera y no te hará daño y entonces, una vez te confías, te castiga.

Un equipo francés pleno de bajas superó a un rival que ilusionó pero se fundió físicamente. Eso Luis Enrique lo tiene claro: agota y triunfarás. 

La máquina local hizo estragos al inicio

Era una máquina Lamine Yamal desde el pitazo y eso solo quiere decir que Barcelona llegaba con peligro a predios del rival. Con pases de tres dedos los tenía locos el chico a los zagueros, uno muy claro a los 14 que dejó a Ferrán de cara a puerta, pero llegó casi de milagro un zaguero para sacarlo de la raya.

Hasta que el balón finalmente se cansó de ir a predios franceses y entró, todo con Yamal en el inicio,  capitalizando un error de Vitinha en la salida, pelota a la derecha, toque de primera de Rashford y Ferrán solo tuvo que entrar a rematar para el 1-0. Era cuestión de tiempo. 

Salvo un par de excursiones de Hakimi, era poco lo que intentaba el club francés, pero sigue siendo el campeón de Champions. 

Por eso, cuando menos lo esperaba el local, una salida precisa y veloz de Nuno encontró a Mayulu ingresando entre los centrales y fusilando al portero para el 1-1 a los 38. Es el lío con los de LuisEnrique, que cuando parece que no quieren lastimarte… lo hacen. 

Y lo intentó de nuevo Yamal pero entendía por fin el PSG que la fórmula no era ir al duelo sino cortarle el pase y así, multiplicando jugadores sobre sus posibles socios, se fue el primer tiempo.

​Segundo tiempo de control y neutralización

Parecía que los dos equipos intentarían algo más en el complemento, pero fue momento de los técnicos Flick y Luis Enrique: en el descanso ajustaron marcas, cerraron espacios y el segundo tiempo se fue planchando. 

Lo más intenso que pasaba era una falta en el borde del área contra Yamal que debió ser una segunda amarilla para Mendes y una insólita jugada en la que falló Zabamyi en eld espeje, remató Olmo solo, arquero vencido y de la nada apareció Hakimi para evacuar el peligro. Así fue la jugada: 

Claro, PSG siendo PSG parecía refugiado pero tuvo una clara ocasión a los 82, cuando Kang In estrelló la pelota en el palo, con arquero vencido. 

Y después el fútbol hizo justicia: en un contragolpe de manual, con el local vencido en lo físico, un pase divino de Hakimi a Ramos y, a los 90 minutos, golazo del PSG para el 1-2 final. 

Así se fue el tiempo y el partidazo acabó en una victoria francesa 1-2, con lujos y momentos de muy buen juego de Barcelona pero triunfo, puntos y orgullo de la victoria para PSG.